¿Se puede vivir de forma diferente? La respuesta es sí.
Una de las opciones son las denominadas Ecoaldeas, cada vez más numerosas a nivel internacional.
Robert Gilman es uno de sus principales promotores e impulsores. Define ecoaldea como:
«Una “ecoaldea” es un asentamiento humano, concebido a
escala humana, que incluye todos los aspectos importantes
para la vida, integrándolos respetuosamente en el entorno
natural, que apoya formas saludables de desarrollo y que
pueda persistir indefinidamente.»
Las bases de una ecoaldea son:
1. Escala humana: todo el mundo se conoce y se comunica
con los demás, participando de la dirección y evolución de la
comunidad. El tamaño de estas comunidades
auto-organizadas en ecoaldeas no debería sobrepasar los
500 habitantes.
2. Completa funcionalidad vital: estudios, trabajo, ocio,
necesidades diarias, todo queda cubierto dentro de la
ecoaldea. Esto no significa un aislamiento del exterior de la
vida organizada tradicional urbana; la ecoaldea se relaciona
con el exterior en términos de elementos que sobrepasan
las características de una ecoaldea, como en el transporte a
largas distancias o el uso de hospitales; el ideal es una
sociedad distribuida formada por ecoaldeas.
3. Integración con la naturaleza: en definitiva se trata de una
vida sostenible, que respeta y cuida el entorno, que practica
una actividad agrícola tradicional, que utiliza construcciones
bioclimáticas, recicla residuos, aprovecha las energías
renovables, etc.
La labor de un animador sociocultural en las ecoaldeas es
fundamental, así que participar en su formación y desarrollo
sería una buena opción.
Supone una vía de escape a esta sociedad capitalista,
de consumismo y excesiva competitividad en la que nos ha
tocado vivir.
¿POR QUÉ NO?
No hay comentarios:
Publicar un comentario